Fertilización in vitro
Es una de las técnicas más comunes y eficaces disponibles para mejorar las posibilidades de embarazarse. Se obtienen óvulos maduros de los ovarios y se fecunda con esperma en un laboratorio fuera del cuerpo. Después se implantan los óvulos fecundados en el útero de la mujer. Un ciclo completo de fertilización in vitro es de alrededor de tres semanas.
Criopreservación de óvulos o espermatozoides
Es la congelación y almacenamiento de óvulos o espermatozoides. Indicado en personas con deseo de preservar la fertilidad, ya sea por decisión de retrasar la maternidad/paternidad o por tratamientos médicos que puedan dificultar la capacidad fértil posteriormente. La principal ventaja del congelamiento de óvulos es que se mantiene la calidad ovocitaria durante el tiempo.
Transferencia de Embriones
Busca preparar el útero de la paciente para que sea lo más receptivo posible a embriones donados. Los embriones están congelados y son de parejas que ya han conseguido embarazo mediante Fecundación in Vitro y no desean utilizar sus embriones para futuros embarazos. Es indicado cuando los dos miembros de la pareja están afectados por algún problema de esterilidad.
Inseminación Intrauterina
Conocido como inseminación artificial. Es un tratamiento en el que los espermatozoides (después de ser obtenidos mediante una muestra de semen y procesados en laboratorio) se introducen en el útero de la mujer para lograr la gestación durante su periodo de ovulación. Indicado para pacientes con diagnóstico de infertilidad primaria o secundaria asociada a factor masculino severo, enfermedad genética de transmisión paterna o mujer sin pareja masculina.





¿Cómo es el proceso de fertilización in vitro? La Fertilización In Vitro (FIV) inicia con una evaluación por el médico tratante en el primer día del periodo menstrual. En una primera fase se estimulan los ovarios con medicamentos para conseguir la maduración de múltiples óvulos, en lugar de uno solo, tal como ocurre en un ciclo natural. Este proceso de maduración múltiple tiene una duración aproximada de 10 a 12 días y puede iniciar con el médico tratante en el sitio de origen y culminar en el centro de reproducción.
La segunda fase del tratamiento es la captación de los óvulos, un procedimiento que se realiza en el quirófano bajo sedación, con una duración aproximada de 10 a 15 minutos y una rápida recuperación. Se extraen los óvulos por vía vaginal, simultáneamente la pareja entrega una muestra de semen, y continúa con la unión de los gametos en el laboratorio para lograr la fecundación. Luego de 3 a 5 días de incubación, los embriones habrán crecido y se podrán transferir al interior del útero por medio de un procedimiento ambulatorio que no requiere anestesia.